18.8.08

Angela Caba en el Centro León

WIFREDO GARCIA, EL MAESTRO DE LA FOTOGRAFIA

Por Ángela Caba

Según el diccionario de la Real Academia de la Lengua Española Maestro es lo “Dicho de una persona o de una obra: de mérito relevante entre las de su clase.” Me pareció más adecuada para el fin que nos ocupa, la definición que ofrece Wikipedia, la enciclopedia virtual: “Un maestro, en sentido general, es una persona a la que se le reconoce una habilidad extraordinaria en una determinada escuela u otro lugar, para enseñar y compartir sus conocimientos con otras personas, denominadas discípulos o aprendices”.


Wifredo García, artista, fotógrafo, filósofo y educador, evidencia claramente su vocación de maestro en cada una de sus actividades.

A través de la revisión de documentos con fines docentes elaborados por el Maestro, y que son parte del patrimonio que reposa en calidad de préstamo en los archivos del Centro León, hemos constatado lo siguiente:

En el diseño y planificación de la docencia, construyendo programas y sílabos que soportarían cualquier evaluación académica rigurosa, a pesar de los años que han pasado desde su elaboración. Wifredo García planteaba objetivos generales y específicos con una claridad meridiana, que mantienen su vigencia en la actualidad.

Además de referirse a metas tan lógicas como el dominio de la técnica y el conocimiento del lenguaje fotográfico, llama mi atención el último de la lista de cuatro de sus objetivos generales. Cito: “Que el estudiante descubra la satisfacción propia de esta disciplina y que pueda realizar a través de ella sus inquietudes de comunicación personal y profesional.” [1]

Ese objetivo representa una de las principales funciones del docente actual: enseñar a aprender. Acompañar al estudiante para que descubra motivaciones propias en el proceso de aprendizaje reduciendo la dependencia del facilitador y que se atreva a cuestionar todo contenido, todo proceso o todo dato que reciba durante la transferencia de conocimientos. WG buscaba formar “poetas que se expresaran a través de imágenes fotográficas”[2], no simples reproductores de imágenes con buen dominio de la técnica.

La precisión con que Wifredo García señaló la actividad docente, en cada sesión práctica es sin duda excepcional. El siguiente ejemplo ilustra lo que quiero decir:

“Ejercicio de Fotografía, Nivel I, Tirar un rollo de 36 exposiciones. Haga los siguientes ejercicios tres horas antes de la puesta de sol o temprano en la mañana. Antes de empezar, asegúrese de que la película esté correctamente montada en la cámara. Tenga a mano un lapicero y papel para anotar cada velocidad de obturación y cada no. f que use. Haga las fotos en un mismo lugar para que le sirvan de comparación posteriormente. Un amigo le servirá de sujeto. Asegúrese de que los siguientes pasos están bien: El lente apropiadamente puesto en la cámara, el ASA (ISO) de la película bien colocado; las baterías, si las hay, en perfecto estado, limpios los contactos. Agarrar la cámara adecuadamente, enfocar bien, adelantar la película. Foto 1- Ponga el lente en f/16, dispare prestando atención al sonido del obturador y fijándose en cual velocidad se usó para obtener una exposición correcta. Aprenda a relacionar el sonido del disparo con la velocidad de obturación.”[3] Y así continúa orientando cada una de las 36 tomas del rollo.

Hoy día, la educación a distancia es una alternativa cada vez más utilizada por aquellos que necesitan o desean un determinado conocimiento y que por razones de horario o de distancia física no pueden acudir a centros formativos con horarios regulares. Pues bien, estos programas y sílabos, así como los planes de práctica diseñados por WG hace alrededor de 30 años, se prestan perfectamente para su utilización en las aulas virtuales, porque satisfacen las exigencias de ese medio que requiere de programas y contenidos muy precisos para que el aprendiz pueda trabajarlos desde el lugar donde esté, sin necesitar la presencia constante del docente o facilitador.

Esa misma rigurosidad era empleada por WG aún en sus ofertas docentes menos formales –es decir, fuera de las universidades; como en los cursos auspiciados por Labo-color Foto Estudio “A”, con la participación de Cuqui, Vitico y Rafelito Cabrera, y Domingo Batista[4]. De manera que todo participante sabía desde el principio a qué iba, y cuáles eran sus compromisos estudiantiles. Algo que la educación actual continúa exigiendo a sus educadores y educadoras.

Otro aspecto que denota la vocación docente de WG, es la elaboración de los Criterios de Evaluación Fotográfica[5], documento en que describió cada uno de los factores a considerar para apreciar una obra sometida a concurso y que ha sido guía para muchos de los realizados en el país (documentos Centro León) De manera breve, concisa y precisa, detalla lo que son la Conceptualización del Tema, el Manejo del Tiempo, los Recursos de la Óptica, el Empleo de la Luz y la Iluminación, la Excelencia Técnica en el Positivado, la Composición o el Diseño Gráfico, la Originalidad de la Realización y la Subjetividad de Parte del Jurado; asignando valores puntuales a cada uno de los mencionados factores que contribuyen a objetivizar las premiaciones.

Una rápida revisión de los libros publicados por Wifredo García, nos confirman sus cualidades de maestro, en los cuales se revela más que un transmisor de conocimientos, un motivador de la pasión por la expresión artística. No sorprende su facilidad para escribir, en una ocasión le dijo a Freddy Ginebra: “Yo solía escribir mucho, me gustaba escribir, quería ser escritor; me di cuenta de que podía expresarme mejor a través de las imágenes fotográficas, fui sustituyendo poco a poco mi expresividad de la escritura por la imagen. Para mi la fotografía es mi forma de expresión, mi forma de vida.” [6]

Los textos de WG son expresivos, fáciles de leer, vienen cargados de sus conocimientos y sobre todo de sus experiencias; pero además son creativos y presentan propuestas originales, vale apreciar su aproximación a la historia y los períodos sugeridos, así como los artistas que destaca a lo largo de los mismos que incluye en Fotografía: Un Arte para nuestro Siglo[7]; donde en poco más de 300 páginas de 5 x 7, tiene la virtud de explicar, comentar, transmitir, opinar y hasta de filosofar sobre la fotografía.

En el Testamento de Plata[8] refirió: “Los que vienen detrás con toda seguridad habrán de superarnos, vamos unos pavimentando el camino de los otros. Un hecho que resulta en otra bendición.” Elocuente expresión de su grandeza como maestro. Es que WG se mostraba desprendido, generoso con su conocimiento y con su acerbo. Personalmente creo que es una de los rasgos más sobresalientes del Maestro: su capacidad de abrirse, de entregarlo todo, sin temores ni recelos ante la posibilidad de ser superado por sus discípulos, porque eso era quizás su mayor realización, el hecho de crear y dejar crecer, la capacidad de evolucionar y reinventarse con cada uno de sus pupilos.

Esa generosidad de Wifredo la conocí a través de varios de sus discípulos que frecuentaban la Casa Fotográfica hacia el año 1994. Recuerdo lo que uno de ellos me contó: “Empecé yendo a las reuniones de los jueves y me sentaba atrás, porque yo no tenia cámara ni podía pagar el curso, y una noche Wifredo me detuvo diciendo: ‘tiene usted varias semanas viniendo y todavía no he visto fotografías suyas’… a lo que el amigo respondió: ‘es que no he podido comprar una cámara, pero me gusta venir a ver y aprender’. Wifredo le miró a los ojos y le respondió: “usted realmente quiere aprender fotografía?’ Si, si, contestó el interrogado. Wifredo, señalándole las vitrinas del museo de cámaras, le dijo: escoja una de ahí, yo se la presto, pero tiene que traer trabajo para la próxima reunión.”

El solo hecho de instalar y poner a disposición del público interesado la Casa Fotográfica, con sus dos laboratorios, su museo de cámaras, su sala de exposiciones y una magnífica y envidiable biblioteca[9] especializada en el arte fotográfico y la cinematografía, son otra muestra para nosotros valorar las cualidades de WG como maestro. El sueño de construir un centro nacional que acogiera todo lo concerniente al arte de la fotografía dominicana, lo llevó a fundar esa Casa que mantuvo con recursos propios y escasos ingresos de los cursos que se impartían.

Casa Fotográfica fue un hito en el país y en la región, y fue por varios años el principal centro de formación y apreciación del arte fotográfico para los dominicanos.

La actitud para la docencia fotográfica era parte intrínseca de su vida personal, a tal punto que WG señaló dividía su tiempo en dos: “Antes Meridiano, para el trabajo creativo, y Pasado Meridiano, para las clases (UASD, UNPHU, Casa de Teatro, pero fotografía siempre.”[10]

El Maestro tuvo una gran incidencia en la enseñanza de la fotografía en las universidades. Inició en la entonces Universidad Católica Madre y Maestra, UCMM de Santiago, y a partir de ahí fundó ‘Jueves 68” cuya historia ya conocen y se expuso en el anterior conversatorio sobre la creciente figura de Wifredo García en el Centro León hace varias semanas.

Cuando se trasladó a vivir a Santo Domingo, llevó sus conocimientos a la Universidad Autónoma de Santo Domingo, UASD, (donde abrió el laboratorio fotográfico en el sótano del edificio de Anatomía, con recursos aportados de su propio peculio), y a la Universidad Nacional Pedro Henríquez Ureña, UNPHU. También enseñó fotografía en Casa de Teatro, Fotogrupo y Casa Fotográfica. Lo que me sugiere que, WG no satisfacía su vocación docente sólo con las clases universitarias, necesitaba profundizar la enseñanza, motivar, experimentar, investigar y poner a prueba sus conocimientos, y qué mejor espacio que el de los practicantes asiduos de la actividad fotográfica.

Su influencia como planificador y como transmisor de conocimientos aún permanece en las escuelas en que laboró. Su oferta programática solo necesita actualización en el aspecto tecnológico con la fotografía digital; pero su metodología, su filosofía y sus principios son plenamente aplicables en la actualidad, garantizando la calidad y vigencia de sus contenidos.
Por su manejo de la técnica fotográfica, por la calidad de su creación artística, por su vocación pedagógica y por su condición humana excepcional, Wifredo García es por excelencia, el Maestro Dominicano de la Fotografía.


9 de Agosto, 2008

Notas:
[1] García, W. Programa de Fotografía I, Art 131
[2] Ginebra, F. Entrevista a Wifredo García, 1980; publicada en García, W. El Testamento de Plata, 1997
[3] García, W. Ejercicio de Fotografía, Nivel I, Tirar un rollo de 36 Exposiciones, archivos del Centro León, Santiago
[4] García, W. Programa del Curso Básico para Iniciados ‘Introducción al Arte Fotográfico’ (circa 1968), archivos del Centro León, Santiago
[5] García, W. Criterios de Evaluación Fotográfica, archivos del Centro León.
[6] Ginebra, F. Entrevista a Wifredo García, 1980; publicada en García, W. El Testamento de Plata, 1997
[7] García, W. Fotografía: Un arte para nuestro siglo, Barcelona, 1981
[8] García, W. ob. Cit.
[9] La Biblioteca de Casa Fotográfica, ha sido cedida en préstamo al Centro León, Santiago
[10] Ginebra, F. Entrevista a Wifredo García, 1980; publicada en García, W. El Testamento de Plata, 1997
Palabras de Angela Caba en el tercer Conversatorio sobre la vida y obra de Wifredo García en el Centro León .

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