13.3.22

Parades


 

28.11.21

Reflexiones


 

21.10.21

Memorias de la memoria


 

27.8.21

Diplomado de fotografía

 




10.7.21

Convocan al Premio Joven de la Imagen


 El Centro de la Imagen (CI) y la Fundación Imagen 83 están convocando a la VI edición del Premio Joven de la Imagen, Fotografía y Video, con tema “El paisaje como proceso de vida: experiencias y percepciones sobre los cambios medioambientales en la isla Española”.

El certamen, auspiciado por el Banco Popular Dominicano, la Fundación Propagás y el Grupo Propagás, procura que los participantes elaboren discursos visuales que pongan de relieve los desafíos al hábitat local, las posibles soluciones y la necesidad imperiosa de adoptar prácticas sostenibles en el corto y el mediano plazos.

Con una dotación en metálico consistente en cien mil pesos para un único ganador (individual o colectivo) en cada uno de los renglones independientes “Imagen Fija” e “Imagen en Movimiento”, el premio está dirigido a creadores dominicanos y extranjeros con residencia legal en el país, cuyas edades oscilen entre 18 y 35 años, cumplidos antes del 31 de marzo de 2021.

Los participantes deberán enviar sus proyectos simultáneamente, de forma digital, del 15 de julio al 15 de agosto, a las direcciones electrónicas: centrodelaimagencoordinación@gmail.com y photoimagenrd@gmail.com.

Junto a sus propuestas, los creadores deben anexar su currículo, la ficha de registro e inscripción y los formularios correspondientes, los cuales pueden ser solicitados por esas mismas vías, o a través de la página web: www.centrodelaimagenrd.org.

tomado de hoy , 10 de julio 2021

7.7.21

El ballet y yo


 

13.5.21

Obras realizadas por mujeres arrasan en la Bienal del Centro de la Imagen









La reconocida fotógrafa dominicana Angelita Casals recibe el Premio Especial del Jurado de la II edición del Salón Bienal del Centro de la Imagen, por su serie de imágenes Mi vida como Pinocho, de manos de Esteban Martínez–Murga, gerente de Comunicación de Divisiones Corporativas del Banco Popular Dominicano. 







La dupla constituida por la cineasta Marie Jiménez y la cantante y compositora Eli Mena se alzó con el Premio a Exposición, con una videoinstalación sin título. En la foto, Maria Elena Ditrén entrega el galardón a Eli Mena.









Carmen Heredia, ministra de Cultura, entrega a la fotógrafa Guadalupe Casasnovas una mención de honor por Solitude, su tríptico fotográfico.


Cuatro artistas dominicanas de la fotografía y el video se alzaron con los tres premios de la reñida II edición del Salón Bienal del Centro de la Imagen que, con el tema de las consecuencias sociales de la pandemia de COVID-19, fue organizada por esa institución y la Fundación Imagen 83, con el apoyo del Banco Popular Dominicano.

La mirada femenina, con su particular tratamiento de las imágenes que retratan el presente distópico de la humanidad, se impuso entre decenas de obras de calidad indiscutible, por la profundidad expositiva de cada una de las representaciones escogidas por el jurado de forma unánime.

Lizette Nin, artista visual criolla radicada en Barcelona, España, obtuvo el Gran Premio de la Bienal, con su video Me cubriré hasta que pueda volver a vertela reconocida fotógrafa Angelita Casals ganó el Premio Especial del Jurado, con la serie de imágenes Mi vida como Pinochoy la dupla constituida por la cineasta Marie Jiménez y la cantante y compositora Eli Mena conquistó el Premio a Exposición, con una videoinstalación sin título.

Las cinco menciones de honor recayeron en los artistas Guadalupe Casasnovas, Andrés Lora Bastidas, Martin López, Zoilo Pimentel y el colectivo Juana y sino su hermana, compuesto por María José García, Vilma Cabrera y Lorena Espinosa.

Como reconocimiento especial, fue otorgada a la joven Melanni Pujols, estudiante destacada de fotografía de Chavón La Escuela de Diseño, una beca para el Diplomado en Fotografía del Centro de la Imagen.

El jurado de la II edición del Salón Bienal del Centro de la Imagen estuvo integrado por Michelén, Acero Ruiz y María Elena Ditrén, exdirectora del Museo de Arte Moderno.

Ceremonia de premiación

La premiación tuvo lugar en la Galería Nacional de Bellas Artes, durante una ceremonia encabezada por la ministra de Cultura, Carmen Heredia; la presidenta de la Fundación Imagen 83 y del Centro de la Imagen, Mayra Johnson; y el director de esa institución, Carlos Acero Ruiz.

También participaron Gamal Michelén, viceministro de Cultura y jurado del certamen; Mario Lebrón, director General de Bellas Artes; Marianne de Tolentino, directora de Galerías de Bellas Artes; Esteban Martínez–Murga, gerente de Comunicación de Divisiones Corporativas del Banco Popular Dominicano, y los artistas seleccionados, entre otras personalidades.

Poderosos mensajes en las obras premiadas

Me cubriré hasta que pueda volver a verte es un video que hice pensando en la distancia que la pandemia ha puesto entre a quien más quiero en la vida y yo. No puedo describir lo feliz que estoy con el Gran Premio de la Bienal; pero ver que el amor de mi vida y mi madre lo recogían, revivió las esperanzas de poder verles pronto”, comentó Lizette Nin en su cuenta de Instagram.

A su vez, Angelita Casals reveló en Facebook que su galardonada serie de fotografías está inspirada en Pinocho, el cuento favorito de su infancia que, con sus elucubraciones y fantasías, revela cierto paralelismo con “lo que esta pandemia ha significado para todos, ante tantas informaciones diferentes”.

Marie Jiménez explicó en una comunicación que utiliza el iPhone como espejo, “retratando momentos de llanto ligados a la ansiedad. La acción de grabarse es herramienta para el autoconocimiento. El retrato de este soliloquio crudo que se produce en el espacio seguro y conocido que supone lo cotidiano, nos invita a cuestionarnos cómo nos sentimos en nuestra propia compañía y por qué”.

En Whatsapp, en tanto, Guadalupe Casasnovas dijo haber reflejado la fragilidad de la vida, especialmente en tiempos de pandemia, mediante un tríptico fotográfico que muestra la inusual soledad del cementerio municipal de la avenida Independencia, donde la hermosa tumba del niño-ángel en el pasillo central, usualmente llena de juguetes y caramelos de creyentes que solicitan favores especiales, está abandonada y solo se encuentran en ella unos cuantos dulces envejecidos. 


tomado de Listin Diario,12 de mayo 2021



4.5.21

Salón Bienal


 

14.4.21

Diplomado de fotografía

 


11.3.21

Almas


 

29.1.21

Nature photo Family

 


11.12.20

Andares de la ciudad colonial

 


2.12.20

Lanzamiento de las bases II edición del Salón Bienal de Fotografía y Vi...

Conversatorio con Daniel Harel sobre su muestra Viviendo en una caja.

30.11.20

Viviendo en una caja

 


Casas del XVI le invita a Casa de los Vitrales para la exhibición fotográfica "Viviendo en una caja", del fotógrafo Daniel Harel.

Link Google Maps de la Exhibición:

https://goo.gl/maps/pyFKHRm88XVYncyt9

Sobre la exhibición:

El artista Daniel Harel presenta su más reciente trabajo “Viviendo en una Caja”, exposición fotográfica que reúne una serie de imágenes que plasman diferentes situaciones de cómo vivimos y nos fuimos adaptando a los cambios de vivir en una nueva normalidad que se tradujo en reducir nuestro mundo al espacio de las paredes de nuestros hogares en el periodo de confinamiento de este año 2020.

La exposición es complementada con un viaje virtual donde los visitantes podrán desplazarse al hogar del artista en los Estados Unidos y tener una experiencia inmersiva visualizando los diferentes escenarios donde fueron realizadas las fotografías.

Las piezas fotográficas de se exhibirán al público desde el 28 de noviembre hasta el 2do de diciembre en Casa de Los Vitrales.

Tiempo aproximado de duración: 20 minutos.


Medidas COVID-19

Importante: Para acceder a este evento deberá cumplir con las siguientes medidas de higiene:

  • No se permiten grupos de más de 6 personas.
  • Su temperatura será tomada antes de entrar a la exhibición.
  • Es obligatorio el uso de mascarilla correctamente colocada en todo momento, cubriendo su nariz y boca.
  • Mantenga distanciamiento social de 6 pies/2 metros con las personas que no pertenecen a su grupo.
  • Siga las flechas localizadas en el piso para avanzar en el recorrido de la exhibición.
  • Preste atención a los carteles que indican la cantidad de personas máxima en cada espacio y espere si es necesario.

    Sobre el fotógrafo:

    ¡Hola! Soy ¡Daniel Harel! Tomo caminatas largas regularmente, hago kitesurf, y sueño despierto por horas a la vez. Nací en España, y me mudé a la República Dominicana cuando tenía 16 años. Después de 20 años trabajando como fotógrafo y consultor en tecnología, quise enfocarme un poco más en lo artístico y me fuí a Nueva York a realizar el programa de New Media Narratives en el International Center of Photography.


2.11.20

imágenes en tiempos de pandemia.

23.10.20

Fundación MAPHRE

 

Lee Friedlander y el encuadre preciso

La Fundación MAPFRE repasa la trayectoria del fotógrafo

Madrid,

Muchos fotógrafos llegaron a la disciplina tras iniciarse en la pintura, o a sus caminos artísticos tras trabajar en el ámbito publicitario. No fue el caso de Lee Friedlander, que nunca pensó en dedicarse a otra cosa y aún así se sorprendió de lo satisfactorio de su carrera: Siempre quise ser fotógrafo. Pero nunca soñé que me divertiría tanto. Me imaginaba algo mucho menos esquivo, mucho más mundano.

La primera muestra otoñal de la Fundación MAPFRE, que forma parte del programa oficial de PHotoESPAÑA, reconstruye su trayectoria atendiendo a los temas fundamentales en los que articuló su trabajo, que tiene como gran protagonista a la cotidianidad, lo cercano y rutinario, un mundo próximo que él nunca trató de adulterar en sus imágenes, pero que, a la luz de una contemplación lenta de estas, adquiere significados distintos; abrió Friedlander nuestra mirada hacia el entorno sugiriéndonos que es posible obtener de él otras percepciones, si no más completas, sí alternativas.

Nacido en Aberdeen en 1934, comenzó a fotografiar ya en su adolescencia y se formó en el Art Center School of Design de Los Ángeles, pero la enseñanza convencional no lo sedujo y decidió acudir a las clases de Alexander Kaminski, que sería su mentor. En los cincuenta optó por establecerse en Nueva York, donde además de trabajar para publicaciones como Esquire, Holiday o Sports Illustrated, realizó las portadas de los discos de figuras geniales del jazz a quienes también retrató en su esfera privada, atendiendo a sus ambientes cotidianos, cuando la fotografía no había adquirido aún consideración artística.

Consolidada ya su personalidad creativa en los sesenta, expondría en el MoMA en 1964, en la colectiva “The Photographer´s Eye”. Por entonces definía el objeto de su trabajo como “el paisaje social americano”, pero su enfoque va más allá del documentalismo: no es que no le interesaran los problemas colectivos, pero en habitaciones, naturalezas, rostros o escaparates Friedlander parecía buscar saber algo más de sí mismo y de su tiempo, sin la pretensión de epatarnos pero lográndolo.

Lee Friedlander. Nueva York, 1963. Cortesía del artista y de Fraenkel Gallery, San Francisco © Lee Friedlander, cortesía de Fraenkel Gallery, San Francisco
Lee Friedlander. Nueva York, 1963. Cortesía del artista y de Fraenkel Gallery, San Francisco. © Lee Friedlander

Otra colectiva, en 1966 y en la George Eastman House de Rochester, enlazó sus imágenes con las de Bruce Davidson y Garry Winogrand, que no dejaban de capturar también paisajes sociales acentuando su ternura o su ironía. Junto a Winogrand expondría de nuevo en el MoMA en 1967, acompañándose por otra amante de Nueva York y de las gentes en las que nadie parecía fijarse: Diane Arbus. Compartían los tres diferencias con fotógrafos documentalistas de décadas pasadas y también ciertos avances en lo formal y lo conceptual.

El recorrido que propone la exposición de la Fundación MAPFRE es cronológico y se estructura en sus principales series, acompañadas muchas veces de los libros en que quedaron recogidas.

Al margen de sus temas, el conjunto de su obra resulta tremendamente personal; Friedlander se encuentra en cada enfoque. No apreciamos en sus obras esos instantes decisivos legados por Cartier-Bresson, pero sí enfoques precisos: sus escenas no quedarán disueltas un segundo después de que él tome las imágenes, pero todo en ellas es conveniente y necesario, nada sobra y nada falta y en el medio tiempo sí resultan irrepetibles.

Lee Friedlander. Albuquerque, 1972. Cortesía del artista y de Fraenkel Gallery, San Francisco © Lee Friedlander
Lee Friedlander. Albuquerque, 1972. Cortesía del artista y de Fraenkel Gallery, San Francisco. © Lee Friedlander

Uno de sus trabajos más originales, y en el que esa mirada particular adquiere tintes surrealistas, es The Little Screens (todas sus imágenes menos una pertenecen a la colección de la Fundación MAPFRE). Consta de televisores que, en sí mismos, ocupan, y casi logran llenar, estancias: llamaba la atención Friedlander sobre la creciente presencia de este aparato, no ya en los hogares norteamericanos, sino en nuestras vidas y mentes. Están llenas estas obras de ironía inquietante.

Lee Friedlander. Nashville, 1963. Colecciones Fundación MAPFRE © Lee Friedlander, cortesía de Fraenkel Gallery, San Francisco
Lee Friedlander. Nashville, 1963. Colecciones Fundación MAPFRE © Lee Friedlander, cortesía de Fraenkel Gallery, San Francisco

Más adelante emularía a Walker Evans o Robert Frank al recorrer su país captando sus paisajes, su arquitectura, sus vehículos, cultivando muy creativas yuxtaposiciones, aprovechando en ocasiones los reflejos de los escaparates, o poniendo a su favor las sombras, como en el originalísimo autorretrato Cañón de Chelly, Arizona, abierto a múltiples lecturas entre lo lúdico y lo filosófico. También viajó por Europa y llegó a tomar algunas fotografías en España; su medio era, sin embargo, el americano y en él se aprecia que despliega con frescura mayor ese lenguaje que nos invita a redescubrir entornos.

Lee Friedlander. Cañón de Chelly, Arizona, 1983. Cortesía del artista y de Fraenkel Gallery, San Francisco © Lee Friedlander, cortesía de Fraenkel Gallery, San Francisco
Lee Friedlander. Cañón de Chelly, Arizona, 1983. Cortesía del artista y de Fraenkel Gallery, San Francisco © Lee Friedlander

Con el paso de los años, y sobre todo desde los setenta, ese lenguaje se fue depurando en favor de una organización más ordenada del espacio. Lo vemos en su serie The American Monument, que desarrolló entre 1971 y 1975 fijándose en todo tipo de monumentos, desconocidos y no tanto, de ciudades estadounidenses. Es su serie más cercana a la tradición de lo documental, inaugurada por Atget en su pretensión de fotografiar sistemáticamente París.

Sin embargo, en las fotos de Friedlander esos monumentos no suelen aparecer en primer plano, adquiriendo así un protagonismo muy relativo respecto al urbanismo alrededor. Y esta subversión de las reglas (pasadas y entonces aún vigentes) de la imagen se aprecia también en sus desnudos y en sus autorretratos; en uno y otro caso, aborda el cuerpo propio o ajeno como un motivo más, encontrando en ellos la visión inesperada. Explica Carlos Gollonet, comisario de la muestra, que no hace fotografías de desnudos, sino que estos se convierten en fotografías.

Un tono distinto encontramos en las imágenes que dedicó a su familia en el transcurso de los años, y especialmente a su esposa María. Translucen tanta ternura como respeto, afecto que no sentimentalismo. Justamente a su mujer le brindó una de sus imágenes más originales en el tratamiento de las sombras, previa a su autorretrato rocoso. Mostrarse en su trabajo fue para él un desafío: Los fotógrafos siempre luchan por evitar su propia sombra y yo siempre he creído que es una criatura graciosa, de modo que le dejé entrar por un tiempo (…). Al principio mi propia presencia en las fotos era, a un tiempo, fascinante y perturbadora. Pero conforme pasó el tiempo y comencé a explorar otras ideas en mis fotos, pude reírme un poco de esos sentimientos.

Lee Friedlander. Kyoto, Japón, 1981. Cortesía del artista y de Fraenkel Gallery, San Francisco © Lee Friedlander
Lee Friedlander. Kyoto, Japón, 1981. Cortesía del artista y de Fraenkel Gallery, San Francisco © Lee Friedlander

En el paisaje natural se fijó sobre todo en los noventa y entre sus motivos predilectos se encontraron los cerezos de Japón. En ocasiones fotografió por encargo, sobre todo en zonas industriales y atendiendo a sus trabajadores, aunque, en su caso, individualizando sus personalidades, a través de los rostros, en lugar de incidir en su oficio o en sus condiciones laborales. En aquella década comenzó a utilizar cámaras de medio formato y continuó empleándolas en los 2000: en esa obra última sus espacios se hacen más abarcables. Se acentúa también la cercanía entre el autor y sus motivos y entre estos y el espectador: lo apreciamos en America by Car, el fruto de sus recorridos por Estados Unidos en coches alquilados, tomando sus ventanas como marco para encuadrar, un punto de vista que a cualquier viajero le resulta familiar. Puentes, iglesias o moteles se aparecen en retrovisores o sobre volantes.

Pero en Friedlander todo tema puede volver y toda serie es un proyecto work in progress, por eso en 2012 regresó a Nueva York o Los Ángeles para fotografiar viandantes y tiendas. En sus escaparates, los maniquíes pueden confundirse con figuras de carne y hueso, pero no hay en estas imágenes una crítica moralizante al consumismo sino una metarreflexión sobre su propio trabajo. Ya dice Gollonet que las asociaciones de Friedlander nos provocan desconcierto al conectar el disparate con la identificación.

Lee Friedlander. Montana, 2008. Cortesía del artista y de Fraenkel Gallery, San Francisco © Lee Friedlander
Lee Friedlander. Montana, 2008. Cortesía del artista y de Fraenkel Gallery, San Francisco © Lee Friedlander

 

 

Lee Friedlander

FUNDACIÓN MAPFRE. SALA RECOLETOS

Paseo de Recoletos, 23

Madrid

Del 1 de octubre de 2020 al 10 de enero de 2021


tomado de masdearte.com

14.10.20

El retrato a mi manera


 

6.10.20

La casa


 

3.10.20

PIONERAS DE LA FOTOGRAFÍA LATINOAMERICANA

1.10.20

Reunión mes de octubre 2020


 

21.9.20

Wie Chiang


 

LA CASA I AMARILIS CUETO Y MARICARMEN ORIZONDO

16.9.20

Nuevas voces en la imagen dominicana


 

11.9.20

Charla con Pablo Elia 03 07 2020 - Fotografía creativa

9.9.20

Fotografía mexicana contemporánea


 

8.9.20

La ciudad en un clic, con Andrea Parga y Carlos Acero Ruiz /mes de la fo...

3.9.20

LA CASA I f10 I MARIA JOSE GARCIA Y PARMELIA MATOS

2.9.20

La casa


 

Convocatoria 2020


 

1.9.20

Reunión septiembre 2020


 

13.8.20

La historia de Fotogrupo, encuentro realizado el 13 de agosto de 2020

10.8.20

Historia de fotogrupo


 

31.7.20

Reunión Agosto 2020

 


3.7.20

Reunión mes de Julio


 

30.6.20

Charla Fotografía de calle: todo lo que un fotógrafo debe saber (sobre d...

14.5.20

Foto guardianes de la naturaleza


12.2.20

Amazonia, naturaleza sublime


Tony Fondeur nos invita casi siempre a viajar por encantos y realidades de
distintos continentes, regiones y países. Sus fotos reflejan la variedad y el esplendor de medios naturales sin la impronta del hombre y su incidencia tan nefasta en el medio ambiente.
Hoy, la visión fotográfica del mundo por Tony Fondeur es un paisaje único, parte de la Amazonia, propuesto de manera extraordinariamente vivaz, tratada como un retrato a dúo, y una de sus mejores exposiciones.
Ligereza de la atmósfera, limpidez de la luz, esmero de la composición, encanto de lo insólito se suman en esta invitación a disfrutar la naturaleza suramericana, majestuosa y sublime, en la Galería Nacional de Bellas Artes.
Agua, arte, ecología. Las imágenes emanan paz, grandeza y armonía. Pero, “subtema” captado conscientemente, la superficie del agua introduce una de las cualidades mayores de la muestra: el arte de los reflejos.
Los encontramos en prácticamente todas las fotografías. Miramos, fascinados, aquel espejo, cual suprema llanura acuática que esconde las palpitaciones de sus peces, o recorrido por leves ondulaciones que le imprimía el barco.
Cabe señalar que el propósito del viaje, compartido por once amigos, era la pesca. ¡Felizmente, Tony Fondeur se dedicó a sacar del agua… su magia fascinante! No es la primera vez que las fotos de Tony parecen “arte de magia”`. Siempre le gusta sorprendernos con la fauna y la flora, la tierra, el agua y el cielo, ¡la vida al fin!
Con su visión de la mayor foresta y “pulmón” del mundo, parcialmente devorada por las llamas y los intereses, él muestra nuevamente su convicción inquebrantable de fotógrafo ecológico, enamorado de la naturaleza, su protección, su conservación, y de los paisajes insólitos.
Es una verdadera exploración –aunque sin riesgos, a partir de un crucero especial y luego de un buen bote–. No solamente, Tony enriquece su vocabulario fotográfico, sino que consigue efectos espectaculares, variando la composición y los espacios.
La magia de los reflejos. Tony Fondeur duplica el bosque en el espejo del agua, haciéndonos sentir su inmensidad, o se concentra en un centro de interés especial y detalles –fijados gracias a un ojo escrutador–, ramas y troncos secos, casi fosilizados, que conforman curiosas simetrías. ¿No hablaba Wifredo García, respecto a la fotografía de paisaje, de “un diseño gráfico de tal fuerza expresiva que baste para satisfacer lo que llevamos en nuestro interior”?
La fotografía, aquí, se convierte en diseño gráfico y en geometría sensible, a la vez en expresión de contrastes y semejanzas. La originalidad y la estética conjugadas singularizan su escritura, guiada por el entusiasmo y la pasión del viajero, por la sabiduría del oficio. Este enfoque ofrece una segunda imagen de la realidad, intensa e inasible, una luminosidad a la vez irradiante y profunda.
En la obra de Tony Fondeur y su captación de la Amazonia, el arte de los reflejos se vuelve casi sobrenatural, y no pocas veces exalta los efectos extremos de ramales y follajes con sus extrañas líneas duplicadas.
Nos alegra que esta exposición, que transmite intensamente tanto la paz como la belleza, pondera nuestro deber impostergable de salvar el planeta y sus tesoros.
El famosísimo fotógrafo Yann Arthus-Bertrand había enfocado la tierra vista del cielo… Ahora Tony Fondeur nos enseña, con la misma entrega, tierra y agua junto al cielo. Reconocemos esta nueva valoración de la naturaleza y del arte fotográfico por un maestro, virtuoso de la cámara, que también se ensaya en el pincel.

tomado de hoy,1-2-2020

Mujeres detrás de la máscara


31.1.20

Mundos paralelos


Expocarnaval


Centro Mirador


28.1.20

Mariano Hernández


La Amazonia y la magia de sus reflejos


La Dirección General de Bellas Artes abrirá a partir del martes 28 de este mes (enero) la exposición fotográfica “La Amazonia y la magia de sus reflejos”, del artista del lente Tony Fondeur Cernuda.
La exposición, cuyo acto inaugural está pautado para las 7:00 de la noche, está compuesta por una selección de magníficas fotografías tomadas en la Amazonia, el bosque tropical más grande del mundo, cuyo territorio abarca varios países de Suramérica.
Con esta muestra, Fondeur Cernuda logra que el espectador entre en contacto con los mágicos reflejos de las superficies de las aguas que abundan en esta selva tropical de exuberante vegetación e intenso azul cielo.
La crítica de arte Marianne de Tolentino, directora de la Galería Nacional de Bellas Artes, destaca que los reflejos se encuentran prácticamente en todas las fotografías de la muestra de Fondeur Cernuda, y que “miramos, fascinados, aquel espejo, cual suprema llanura acuática que esconde las palpitaciones de sus peces, o recorrido por leves ondulaciones que le imprimía el barco…”.
En la obra de Tony Fondeur se hace una captación de la Amazonia, explica.
“El arte de los reflejos se vuelve magia, y no pocas veces magia de ramales y follajes con sus extraños diseños duplicados”.
Tony Fondeur Cernuda. Nació en Santo Domingo en 1944. Es administrador de empresas de profesión y oficio.
Incursionó en el mundo de la fotografía desde la adolescencia, y en la década de los 80 hizo estudios de dibujo, pintura y escultura en el Centro de Arte Cándido Bidó.
Ha presentado varias exposiciones fotográficas individuales, entre las que se destacan “África viva”, “Gárgolas y quimeras de la Catedral de Notre-Dame”.

tomado de hoy
Publicado el: 25 enero, 2020

Identidad del caribe


21.1.20

Amazonia


23.11.19

Fotografía y video comparten exito
















Por: MARIANNE DE TOLENTINO

La primera edición del Salón Bienal de Fotografía y Video del Centro de la Imagen y la Fundación Imagen 83 sobresale tanto por la cantidad de participantes como por la calidad de las obras, y le augura futuro. Además, la comprobada experiencia y competencia de quienes lo organizan es otro factor considerable.
Sin caer en el encomio, elogiemos la inobjetable labor que cumple un equipo pequeño, encabezado por Carlos Acero y Mayra Johnson. Trabajan arduamente, convocando, organizando, coordinando, y es sintomática la respuesta de participación.
Así como Photoimagen ha contribuido al auge de la fotografía en el público, esta nueva celebración bienal, su “pariente” por quienes la dirigen y auspician, (cor)responde a un entusiasmo generalizado, al apasionamiento digital…
El certamen estableció requisitos mesurados y apertura. En el ánimo de favorecer la máxima libertad de forma y expresión, o sea una creatividad contemporánea, el Salón Bienal permitió integrar la imagen fotográfica dentro de instalaciones y categorías, espacialmente mixtas. Si la iniciativa podía justificarse, los resultados no “calificaron” tanto esta apertura.
Si expresamos un parecer global valorativo acerca de la selección expuesta, las fotografías cuidan encuadre, composición y diseño espacial. Dentro de la diversidad e individualidades, hay concepto y sensibilidad, verdadera reflexión visual cual sea el tema. La técnica y la definición están puestas al servicio de una sensibilidad que vibra prácticamente en cada imagen, primando la autonomía expresiva más que la experimentación. Luego, el reino de la fotografía a color, incontenible, no impide que permanezcan y se distingan los “convencidos” del blanco y negro, bien representado.
Fotografías galardonadas. El éxito del Primer Salón Bienal reside no solamente en el entusiasmo participativo y las obras admitidas, sino en la premiación.
Un primer premio compartido y varias menciones de honor coronaron la Fotografía. El hecho de que el concurso esté abierto a maestros, confirmados y emergentes, fortalece la competencia y su complejidad de percepciones e interpretaciones. Su ubicación en la Galería Nacional de Bellas Artes, con el esmerado montaje de las piezas expuestas, favorece la libertad de circulación y una lectura rica, de revelación a sorpresa.
El mosaico de 16 fotografías, en blanco y negro, de Clara Martínez Thedy, co-ganadora del galardón cimero, causa una singular impresión, por ser la primera vez que una fotógrafa o un fotógrafo dominicano trata sistemáticamente el tema del tatuaje, presentando una secuencia de imágenes, afines y diferentes.
La artista tituló su obra “Emociones en la piel”. Su propuesta aúna la estética –de belleza y técnica indiscutibles– y el documento. Este surge de la curiosidad de la autora por esa práctica creciente de “signos” que pueden extenderse al cuerpo entero, y se devela sin pudor ni restricciones…
Primer premio ex-aequo, ha obtenido Alfredo Moronta por una obra totalmente distinta, espectacular, noble, suntuosa. Plasma una identidad antillana absoluta, desde el entorno y las frutas tentadoras a la heroína del cuadro, doña Esperanza, un ícono de la senectud… Borra el límite con las artes plásticas y la pintura, pero no la estimamos “pictorialismo”, sino homenaje de una fotografía, excelente e hiperrealista, a la historia del arte y a la criollidad.
Las menciones de honor no tuvieron en cuenta la confrontación de itinerarios personales, sino simplemente la multiplicidad de formatos, de temas, de iluminaciones, de hecho fotografías donde la carga emocional equilibra el peso investigativo, donde la ingeniosidad duplica el efecto visual, donde el componente de belleza nunca está ausente.
Solamente falta el premio del público, lógicamente conferido en el cierre de la muestra.
El blanco y negro demuestra, pues, actualidad y calidad, mientras el color puede adoptar contrastes fantásticos o una superposición casi tenue y refinada. Entre las opciones temáticas, el contexto antropológico y geográfico o el compromiso político-social han inspirado menos que la preocupación por una imagen de óptima resolución y equilibrio compositivo. Y, salvo excepciones, la autoría –nos referimos a participantes con una identidad (re)conocida– no fue un elemento sobresaliente..
La imagen en movimiento. El Video contó con una participación relativamente modesta, con dieciséis obras presentadas al público, que se pueden ver continuamente, en dos monitores. Todavía, entre nosotros, se considera una práctica nueva, cuando los pioneros del médium se sitúan en los 60, o sea hace más de medio siglo.
Es una categoría difícil, exigente en tecnología, en argumento u objetivo formal, igualmente en su proceso de construcción.
Los jóvenes lo consideran todavía como un territorio de exploración, y tal vez un sendero hacia el mundo cinematográfico… Dentro de la seriedad imperante, profusión de vistas, repetición de enfoques, duración límite, caracterizaron a varias obras.
Dos premios especiales fueron otorgados, a unanimidad.
Indudablemente, se destaca por su mensaje, su brevedad, su legibilidad perfecta, su poesía dramática, el colectivo Guadalupe Casanovas y Rosemary Quezada, con el video “A Quemarropa”, un verdadero llamado ecológico, vigente sino imprescindible en la actualidad universal de incendios forestales, destructores de vida.
Los trabajos en animación, dotados de varios títulos y producidos por los artistas Tomás Pichardo Espaillat y Omatt F. Suero, recibieron un premio especial, una muestra a dúo en el Centro de la Imagen, en el 2020. Su éxito, entre ritmo, ternura y humor, causa gran alegría, estimulando a jóvenes creadores, y en un género que debe avanzar en nuestro país, al igual que el “comics” o narrativa en imágenes.
El Salón Bienal de Fotografía y Video “ratifica la vitalidad de ambas manifestaciones artísticas en el panorama de las artes visuales dominicanas”, como bien lo señalan sus organizadores. Este encuentro de talentos se ha celebrado felizmente, como se esperaba… Ya se está pensando en la segunda versión, con fe, optimismo y orgullo, gracias a este primer testimonio y sus perspectivas.

tomado de hoy, 23-11-2019

20.11.19

IV Circuito intercontinental de fotografia

 Finalizó el juzgamiento, selección y premiación del 
IV Circuito intercontinental de Fotografía de la FIAP, 
con la participación de Andorra, España, Cuba, Panamá y Dominicana. 
Datos: 61 países, 6,413 fotos y 570 autores.
Específicamente en Dominicana, participaron 23 autores 
de la siguiente manera: 86 fotos en Libre Monocromo, 
81 fotos en Libre Color y 73 fotos en Viajes.
Este evento se realizó en las instalaciones del Colegio Babeque, 
los días viernes, sábado y domingo recién pasados.
Gracias al Jurado por la aportación de sus conocimientos, 
sus experiencias, tiempo y su justo juicio 
para llevar a cabo este importante evento fotográfico. 
Felicidades a los ganadores!!