23.2.09

AM. - Wifredo García

Inés Aizpún

En el autorretrato que cuelga en esta exposición, Wifredo García medio sonríe a la cámara. Los visitantes miran la foto y ellos le devuelven una sonrisa abierta. Parece que lo recuerdan así, con los ojillos risueños y la expresión afable. Bajo el título de Peculiares Obsesiones se han escogido 184 fotografías de un banco de más de 12,000 para montar una excelente exposición en el Centro León, donde se guarda todo el legado de Wifredo y que además sirvió para iniciar un programa de La Huella Catalana en el Caribe.Wifredo miraba y se esforzaba en que los demás "vieran".
Por sus fotografías, se le intuye un hombre intrigado por la vida. Todo es retratable, la juventud y la vejez, la naturaleza todavía virgen y la obra arquitectónica que sale de las manos del hombre. Curioso, espía con su cámara a viejas y niños, a jóvenes serias y presumidas, a hombres de trabajo y clérigos reconcentrados. Se mete en el billar, la barbería, la gallera o los velorios. Quiere saber qué pasa.Mirar no es siempre ver. Y él miraba,... y veía. Veía más allá de lo que captaba con el lente y escribía para no olvidar lo intuido en esa imagen. Pensaba en la vida y el hombre pero también en la historia, la justicia y la libertad y la identidad.
Y pensaría que sus retratados también tenían derecho a todas esas cosas tan profundas y que él sabía tan frágiles y esquivas.Un gran equipo trabajó por más de dos años para montar esta muestra y el resultado es magnífico. (Tienen hasta el 24 de mayo para asomarse.)

Tomado de Diario Libre, 21-02-2009

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