8.10.17

Una visita no guiada a la exposición Fotogrupo 40…

Módulo principal de la exposición
Cuando un colectivo presenta un conjunto de imágenes, celebrando un aniversario de varias décadas, se piensa en una retrospectiva que revela los inicios, el desarrollo, la actualidad. Al anunciarse la exposición, se presumía que Fotogrupo, existiendo y funcionando desde el 1977, enseñaría su evolución desde que el maestro Wifredo García lo fundó.
Hubiera sido difícil, teniendo los organizadores que hurgar en archivos, ya que varios de los fundadores han partido del grupo o de la vida, y constantemente nuevos fotógrafos se integran, asegurando así relevo y continuidad. Varios, profesionalmente, viven de la fotografía, ¡todos viven con la fotografía!
La muestra aniversario ha optado por la presentación de los miembros –sin discriminación de antigüedad ni permanencia– y de sus obras actuales o recientes, una decisión positiva, avalada por la calidad de los trabajos y la íntima convicción de los expositores respecto a sus producciones respectivas.
A su vez, están avaladas por la reacción de los espectadores –muchos jóvenes entre ellos–, muy impresionados, y que a menudo toman fotografías de las fotografías…
Un circuito aleccionador. El recorrido, que requiere por lo menos una hora –y es poco–, demuestra la independencia de los participantes, que son sus propios curadores y no han caído en los excesos de experimentos e identificación restrictiva.
Si el artista se apropia de lo real de una manera particular, así lo transmite. Si la diversidad temática lo caracteriza, así mismo la expone. Esta libertad es una de las claves del éxito de Fotogrupo 40: las imágenes, lógicamente reflejan cómo y qué ve cada fotógrafo, pero es obvio que no hay regla impuesta, ni por el grupo, ni por el expositor mismo. El interés, la emoción, el espectáculo, accionan la cámara. ¡Que, en la luz, surja una revelación o se confirme el deleite de una hora, aquí los fotógrafos captan “sus” momentos particulares!
Así miramos tantos paisajes… Casualmente, leímos recientemente que, en el idioma japonés, paisaje se dice “shanshui”, un ensamblaje de dos caracteres significando “monte” y “agua”. Esta misma visión topográfica apasiona a nuestros fotógrafos: cordillera y montaña, alturas y valles, ríos y cañadas, mar y lago, se despliegan, extensamente –otra característica será la frecuencia de los panoramas–. Se suman y simultáneamente dialogan forma, planos espacio, color –con matices y contrastes–, pero sobre todo domina el sentimiento de la naturaleza. Los fotógrafos son los primeros ecologistas, plasmando la preservación de la tierra, de la flora, de la fauna –sean fieras o avecillas–.
Ahora bien, el proceso creativo igualmente se interesa por el lenguaje de los cuerpos, del desnudo, de las manos, de los rostros, por su hermosura que no es siempre la belleza tradicional, por su poética que no evade el drama. Además, las festividades, la devoción, los monumentos, los escenarios, la condición humana, motivan, con una gran variedad de enfoques, a los artistas de Fotogrupo.
Nuestro texto no es más que una dimensión personal, –entre la percepción y la reflexión– que se desprende de la magnífica exposición Fotogrupo 40 en la Galería Nacional de Bellas Artes.
Vale señalar que visitas guiadas por los propios expositores se ofrecen a los visitantes interesados.
tomado del  Hoy, sabado 7de octubre de 2017

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