Las fotografías pintadas de Richter

Fundación Telefónica repasa la producción de Gerhard Richter en los últimos 20 años a través de 400 obras, algunas de ellas inéditas

Desde el 4 de junio al 30 de agosto de 2009, en la Sala de Exposiciones Fundación Telefónica en Madrid

Comisarios: Sergio Mah y Markus Heinzelmann

Obras: 410

Una amplia selección de obras de Gerhard Richter realizadas entre 1989 y 2008 se exhiben en Fundación Telefónica desde el pasado 4 de junio, como parte de la programación oficial de PHotoEspaña 2009: se trata de más de 400 instantáneas pintadas, algunas de ellas nunca antes expuestas al público, que nos hablan del papel crucial de la fotografía pintada en el conjunto de la trayectoria artística del alemán, a medio camino entre su producción figurativa y sus trabajos abstractos.

Sabemos que el surgimiento de la fotografía a mediados del s. XIX dio lugar a encendidos debates en torno a si estas nuevas imágenes podían considerarse o no como un reflejo fiel de la realidad, si la fotografía podría consolidarse o no como un nuevo tipo de arte y si, en el caso de que lo lograse, esto supondría el fin de la representación pictórica tradicional.

El paso del tiempo ha dado lugar a la entrada de la fotografía en los museos y a su consolidación como género artístico independiente, género que no sólo no ha desplazado a la pintura sino que dialoga con ella en la obra de numerosos autores.

En los trabajos, todos ellos de pequeño formato, que Richter presenta en Madrid, se sirve simultáneamente de los procedimientos pictórico y fotográfico para describir su vida cotidiana e íntima.

En las imágenes que componen "Fotografías pintadas" interviene sobre las instantáneas originales empleando diversas técnicas de sobrepintado: a veces arrastra determinados fragmentos de la fotografía sobre pintura aún húmeda para que las capas de óleo formen en la obra resultante dibujos de distinta textura y densidad; en otras ocasiones, coloca la fotografía sobre un determinado lugar del borde de la espátula y extiende pintura sobre ésta, o bien salpica sobre la instantánea gotas de color o sumerge la imagen en laca diluida.

La multidisciplinar producción de Gerhard Richrter, nacido en Dresde en 1932, ofrece frecuentes asociaciones inesperadas que sitúan al espectador entre lo público y lo privado, lo realista y lo abstracto y le invitan a reflexionar sobre si aquello que contempla puede ser considerado copia fiel o intervención subjetiva del artista.

Tras trabajar como pintor de publicidad y de escenarios, Richter estudió en la Academia de Bellas Artes de su ciudad natal, realizando en aquella época varios murales que posteriormente fueron repintados por razones ideológicas cuando tuvo que huir de la Alemania oriental para refugiarse en la occidental.

Desde principios de la década de los setenta, su obra, influida por el Expresionismo abstracto norteamericano y el Pop Art, se expuso con frecuencia en Europa y EEUU. El MoMA de Nueva York le dedicó en 2002 una gran exposición retrospectiva, la más amplia que este museo ha organizado en torno a un artista vivo.

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