29.9.11

Crítica de arte

Por Lilian Carrasco
Sobre curaduría: ¿Arte, ciencia o política?
A pesar de que el término “curaduría” existe desde hace buen tiempo, en la práctica artística es posible que resulte joven al oído de quienes nada tienen que ver con el arte en sentido académico. La función del curador ha sido, básicamente, la de velar por la relación entre el artista y el espectador. Esta relación se establece, por medio de la obra y la forma en que ésta se presenta al público.

La curaduría en su condición más académica, presenta retrospectiva de artistas o muestras de períodos que ameritan el criterio de un historiador de la materia que pueda facilitar la comprensión de un arte anterior a un público contemporáneo -por citar un ejemplo-, o bien, el proceso creativo de un artista a lo largo de su vida.

En contraposición, tenemos la curaduría de una muestra colectiva de artistas que son guiados por el curador para trabajar a partir de un tema específico. En tal sentido, el curador es una especie de guía entre el artista y el diálogo que pueda generar la muestra.

Ahora bien, adentrándonos a otro tipo de consideraciones más puntuales sobre si la curaduría puede ser ciencia, arte o política, diríamos que todo depende de cómo quiera interpretarse, puesto que existen los mecanismos necesarios para verle desde varias aristas. Como ciencia, podríamos contar con la Estética como filosofía y como objeto de estudio estaría la propia obra de arte. Nuestra idea científica se desarrollaría en función del tema de la exposición. Pero, considerando el nivel de interpretación, la pluralidad de significado y significantes que puede generar una propuesta curatorial en la práctica, diríamos que su nivel de selección, orden, montaje y legitimación del arte en escena, nos aportan elementos indispensables para considerar –aún no en el orden estricto-, la curaduría como ciencia, cuyo fin es la puesta en marcha de un conjunto de obras en función de un tema pre-determinado.

En el plano político, si bien, el curador es el que tiene la facultad de dirigir la acción de una exposición en beneficio de los intereses que motivan la puesta en escena de las obras de arte para una exposición determinada. Se analiza como el proceso orientado ideológicamente hacia la toma de decisiones para la consecución de los objetos de un grupo, a partir de un proceso de selección, para hacer de la muestra un arte de lo posible, a través de una política que regirá de principio a fin el proceso del montaje.

De manera que, a nuestro juicio, la curaduría puede interpretarse como ciencia, política y arte en función de los usos y desusos del término. Estas posturas asumidas, revelan nuestra forma contemporánea de vislumbrar una de las profesiones más actuales, sin dejar de tener un alto grado de razonamiento y experimentación en ámbitos específicos, de los que se generan preguntas, se construyen hipótesis, se deducen principios y se elaboran presupuestos metodológicamente organizados.

tomado de el caribe,29-8-2011

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